lunes, 18 de mayo de 2009

Expedientes Rx

Desde monedas hasta una botella son algunas de las tantas cosas que pueden encontrase en el cuerpo humano y que han llegado allí de manera accidental o intencional. Los rayos X son la forma más frecuente y antigua de producir imágenes clínicas y, entre sus usos comunes, está localizar objetos extraños. Son historias para sorprenderse, reflexionar y prevenir... pero, sobre todo, para ver. La ingestión de cuerpos extraños (CE) no es habitual, siendo más frecuente en niños (80%). Entre los adultos, explican los especialistas, "los grupos de mayor riesgo son los pacientes ancianos con prótesis dentales, los que padecen alteraciones mentales y reclusos con fines de auto lesión". Estos dos últimos grupos de personas ingieren CE voluntariamente y algunos en forma recurrente con los más diversos fines. También es amplia la variedad de objetos ingeridos. La mayoría de estos progresan espontáneamente a través del tracto digestivo, avanzando sin producir mayor daño. Por el contrario, cuando potencialmente son peligrosos debido a su forma o tamaño, deben ser removidos.

De los cuerpos extraños ingeridos, 90% pasan al tracto digestivo y 10% al árbol traqueo bronquial. El 80 a 90% progresa espontáneamente en los siguientes ocho días, siendo necesario, en los otros casos, la realización de procedimientos endoscópicos para su extracción: sólo en el 1% de los casos se practica cirugía. También, apenas el 1% de los cuerpos extraños ingeridos pueden producir perforación, pero como de éstas el 35% son producidas por objetos agudos o cortantes, en lo posible deberán extraerse antes de franquear el píloro. Los niños ingieren más frecuentemente monedas, baterías, juguetes pequeños, lápices; y los adultos huesos, carne, palillos, prótesis dentales y espinas. Los cuerpos extraños en el colon y recto se encuentran en dos situaciones: fueron ingeridos y siguieron su camino o han sido introducidos a través del canal anal.

Historias de agujas y lápices
Dejando a un lado la ingesta por trastornos psiquiátricos y a los pacientes que usan prótesis dentales, que suelen no percatarse de su ingesta debido a la disminución de la sensibilidad del paladar, la introducción accidental de objetos en ojos, nariz, oídos y vías respiratorias es un problema frecuente, especialmente en los niños (ver estudio). La aspiración de un CE es la tercera causa de muerte accidental en menores de un año y la cuarta causa entre 1 y 6 años.

Los CE alojados en el tracto gastrointestinal constituyen una rareza quirúrgica, ya que con frecuencia logran progresar a través del mismo y ser expulsados al exterior en un 95% de los casos. Raramente (0,0005% de las veces) quedan retenidos en el apéndice. Como el caso de un chico venezolano que tenía un alfiler en su apéndice desde los dos años y, a los cuatro, presentó a bscesos hepáticos bacterianos (área llena de pus dentro del hígado) recurrentes. En la radiografía de abdomen se observó un "cuerpo extraño metálico lineal" y se decidió la extracción quirúrgica. Por eso es que los profesionales aconsejan "incrementar las medidas de prevención respecto del peligro que representan los cuerpos extraños en lactantes y preescolares".

Pero si de agujas y Rx hablamos, el premio se lo lleva Luo Chaifen con casi ¡30 agujas clavadas en el cuerpo! (Foto 3) . L a niña tenía menos de tres años cuando notó un dolor en la parte baja de la espalda. Su madre palpó la zona, que presentaba una herida, y tiró de algo que resultó ser una aguja de coser. Poco después encontró otra bajo una costilla. Sin un centro médico cercano, ni dinero para el tratamiento, tuvo que esperar 23 años para saber cuántas agujas tenía en su cuerpo. El examen médico le localizó 26. Algunas flotan cerca de órganos vitales y otras los han perforado. Este año, le fueron extraídas las primeras seis. Los facultativos consideran que le fueron introducidas en su cuerpo cuando sólo tenía unos días de vida. Las sospechas recaen en los abuelos de la niña que, descontentos por no tener como nieto un varón, intentaron matarla clavándole agujas.

Margret Wegner se cayó cuando tenía cuatro años, mientras llevaba un lápiz en la mano que perforó su mejilla y parte de él se alojó en el cerebro sobre el ojo derecho (Foto 4). La mujer alemana, de 59 años , ha sufrido jaquecas y hemorragias nasales durante casi toda su vida . Un equipo de cirujanos berlineses logró remover casi todo el lápiz, en agosto de 2007 (ver video), en una operación que duró dos horas, aunque tuvieron que dejar un fragmento de dos centímetros. El lápiz medía ocho centímetros y estuvo a punto de dañar uno de los nervios ópticos de la señora Wegner, a quien no quisieron operar cuando era pequeña por temor a causar lesiones cerebrales.

Relatos aún más increíbles
Si se observa la foto 5 de la Galería de imágenes, ¿qué se ve? Los medios relatan que en Iquitos, Perú, Leonardo López (59) llegó de emergencia al hospital, en julio de 2006, con fuertes dolores estomacales. Los médicos le diagnosticaron que sufría de estreñimiento, entonces le recomendaron tomar pastillas. Pero, la placas de rayos X mostró que tenía una botella de cerveza de 15 centímetros incrustada en su recto, la cual, parece, unos sujetos se la introdujeron cuando el hombre estaba ebrio. López fue intervenido con éxito y contó que no se acordaba de nada (ver video).

Otro caso es el de un carpintero español de 27 años que acudió al servicio de urgencias con gran nerviosismo y ansiedad porque sospechaba que se había clavado una punta metálica, de aproximadamente 5-6 cm de longitud, que salió despedida de una pistola neumática, mientras intentaba asegurar el marco de una puerta de madera. El informe realizado por los doctores que lo atendieron indicó la presencia de un "cuerpo extraño metálico tóraco-abdominal" (Foto 6). Se la a extrajeron mediante laparoscopia. Por último, no puede dejar de mencionarse los casos de negligencia durante las cirugías, como olvidarse un "trozo de bisturí dentro del cuerpo". Una perlita: en Flickr.com se pueden observar una gran cantidad de r adiografías llamativas y extrañas.

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