lunes, 25 de mayo de 2009

Un restorán entre las tumbas, en una mágica ciudad de India

En India, la muerte es parte de la vida, y en un restorán del occidente del país, también es parte del almuerzo. El "New Lucky" (Nuevo afortunado), que suele lucir repleto en Ahmadabad, es famoso por su té con leche, sus panecillos con mantequilla.... y por las tumbas entre las cuales están dispuestas las mesas.

Es un lugar donde los ancianos leen el periódico y discuten de política por la mañana, y las parejas jóvenes comparten una cena a la luz de las velas y se toman las manos, por la noche. El hecho de que esas velas estén colocadas encima de las tumbas hace todavía más especial el ambiente.

Durante casi cuatro décadas, Krishan Kuti Nair ha ayudado en la administración del restorán, construido sobre un cementerio musulmán de varios siglos de antigüedad. Sin embargo, no sabe quién está sepultado debajo del piso. Al parecer, a los comensales les agradan las tumbas, parecidas a pequeños ataúdes de cemento. "El cementerio trae buena suerte", dijo Nair cuando pudo darse un respiro después del trabajo agitado a la hora del almuerzo.

Las tumbas están pintadas de verde y se elevan hasta llegar casi a la altura de las rodillas. Diariamente, el gerente decora cada una con una flor seca. Las tumbas se diseminan desordenadamente en el restorán: una frente a la caja registradora, tres en el centro; cuatro paralelas al muro, cerca de la cocina.

Los meseros parecen tener en sus mentes el plano del lugar, y dominan el arte de desplazarse entre las tumbas con una taza de té caliente en cada mano. Probablemente, las tumbas pertenecieron a la familia o los colaboradores de Sufi, santo del siglo XVI.

El restorán data de los años '50, antes de que las bocinas de autos, el tránsito desquiciado y los edificios rodearan el sitio. K.H. Mohamed abrió un puesto donde vendía té frente al cementerio, dijo Nair, quien ayudó a administrar el lugar y se volvió socio del fundador. El negocio marchaba bien y el puesto siguió creciendo, hasta que sus paredes de hojalata rodearon las tumbas.

En la sobrepoblada India, es común que los cementerios sean usados luego con otros fines, señala el profesor Vari Alvi. Los recién emigrados a las ciudades instalan carpas dentro de los cementerios, y los negocios colocan puestos junto a las tumbas.

Además, la creencia hindú de que la muerte es una oportunidad de reencarnar, hace que el vivir, trabajar o comer en un cementerio sea una experiencia menos temible que para los occidentales. Aunque el cementerio es musulmán -los hindúes incineran a sus muertos-, la mayoría de los indios se sentiría relajada en un cementerio. "Los cementerios indios no provocan miedo No tenemos una literatura de historias terroríficas, así que no tememos a los fantasmas", explicó Nair.

Pero algunos estiman que todo es una falta de respeto. "Deberían preservar el decoro del cementerio", dijo un profesor de historia, quien no quiso dar su nombre. Cuando se le preguntó la razón, sonrió y dijo: "Es que también bebo té ahí".

AHMADABAD, India. AP
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