lunes, 25 de mayo de 2009

El combo perfecto

Acostúmbrense a ella: se llama Ellen Page, esta semana cumple 21 años, y es canadiense. Y cuando el próximo domingo ingrese a la ceremonia de los Oscar para competir por el premio a la mejor actriz con compañeras de rubro como Julie Christie y Cate Blanchett, no importa cuán ganadora salga, se habrá convertido oficialmente en una estrella.

Con cuatro películas esperando turno para estrenarse, en realidad Page ya es una estrella, gracias a su protagónico casi excluyente en La joven vida de Juno, una pequeña comedia independiente que se acaba de estrenar este jueves en la cartelera local y fue la sensación del año pasado en los Estados Unidos. Dirigida por Jason Reitman (el hijo de Ivan, el director de Los Cazafantasmas y El día de la marmota) y con música de Kimya Dawson, del grupo alternativo Moldy Peaches, Juno (tal su sencillo nombre original) costó apenas 7 millones y medio de dólares, y ya lleva recaudados más de 100, por lo que el poder de la taquilla alcanza para que Page sea lo que ya es, y amenace con reproducirse aquí y allá en muy corto tiempo.

Atractiva y asexuada al mismo tiempo, ahí está Juno, mirando un viejo sillón con una nostalgia que parece fuera de lugar en una adolescente. Lleva en su mano un enorme bidón de jugo de naranja del que bebe un trago a cada rato, pensando en lo último que hizo en ese sillón, que en realidad es la razón por la que está metiendo tanto líquido en su cuerpo y pronto irá al maxiquiosco más cercano para probar con otro test de embarazo. Cuando vuelva a dar positivo, comenzará a funcionar el mecanismo de la trama del querible cuento de hadas sobre el embarazo adolescente que es lo que ha terminado permitiendo que Ellen Page camine el próximo domingo hacia la fama. “Todavía no me lo puedo creer”, ha dicho Ellen. “No importa todo lo que hablen de mí: sigo siendo una marimacho de Nova Scotia, y creo que todo esto que está pasando conmigo y con la película es una locura. Pero estoy agradecida de que esté sucediendo.”

Antes de Ellen Page fue el turno de Natalie Portman. Aquella niña que se presentó ante el mundo robando cámara en una querible película titulada Beautiful Girls, dirigida por otro hijo de un director famoso, el malogrado Ted Demme. A pesar de su título, sin embargo, aquélla era una película de varones, con Matt Dillon y Timothy Hutton al frente del elenco. Con respecto a aquel film se puede repetir la crítica sobre Hollywood que la rebelde Page enarbola en sus reportajes actuales: “Los hombres suelen tener personajes que crean su propio destino, mientras que las mujeres son sólo herramientas para eso”. Pero como Page, la asexuada aunque atractiva y por entonces realmente pequeña Portman se destacaba en un reparto femenino que incluía a Uma Thurman, nada menos. Y luego seducía a Hutton mucho más voluntariamente que Juno seduce al futuro padre adoptivo de su bebé. Claro que allí acaban las comparaciones cinematográficas Page-Portman. No sólo porque la ya-no-tan-pequeña Natalie por entonces se hizo famosa asexuándose aún más para ser la princesa Amidala sino porque Page en realidad asomó al mundo como la protagonista femenina infantil más sexual que haya dado el cine desde Lolita: como la vengativa sociópata de 14 años que reduce y tortura a un posible pedófilo en la película de terror Hard Candy.

Pero las comparaciones con Natalie Portman sirven cuando se habla del lugar que ya ocupa Page dentro del negocio del espectáculo. Lejos de arriesgarse a terminar como la nueva Lindsay Lohan, la actriz de Juno tuvo una carrera inicial tan protegida como la de Natalie. Nacida en la pequeña localidad de Halifax, Page se inició en la actuación a los 10 años, participando en una serie televisiva canadiense llamada Pit Pony. Tres años más tarde le ofrecieron un papel en una serie norteamericana, pero la oferta incluía una mudanza a Los Angeles, y la familia decidió que todavía no era el momento, lo que ha motivado especulaciones en algunos artículos periodísticos sobre el hecho de que semejante prudencia la salvó de tener un destino a lo Britney. “Puede ser, pero lo que les sucede a algunos no les sucede a otros”, contemporizó Page en una entrevista publicada en el diario británico The Independent. “Lo que me enferma es cómo las tratan en la prensa. Me gustaría que hubiese más compasión y menos juicios apresurados. Es indignante: las hipersexualizan a los 16 años, sin ninguna guía apropiada, las explotan y ahora la gente las trata como si fuesen una broma. Pongamos su rostro en los periódicos todos los días, y después mostremos cómo la sacan en camilla de su casa. ¿Por qué mejor no se preguntan por qué está pasando esto?”

Uno de los detalles que destacan todos los que han entrevistado a Ellen Page luego del estreno de Juno –y han sido muchos–, es que al conocerla es difícil pensar que se trata de una chica de 20 años. Parece mucho más chica. Pero cuando empieza a hablar... bueno, es evidente que se está frente a un adulto. “Tiene esa maravillosa combinación de un intelecto muy superior a su edad, con cualidades que todavía son de una chica joven, y que son las que te desarman”, la definió el director Jason Reitman. Y agregó, como si hiciese falta: “Es el combo perfecto”.

Más detalles para agregar a su peculiar retrato: estudió en una secundaria budista, fue delantera en su equipo de soccer –¡sí, juega al fútbol!– durante su infancia y le interesa tanto la historia que el verano pasado se fue de mochilera a Rumania. Confiesa envidiar –sanamente, claro está– a Natalie Portman, con quien comparte agente de prensa (“¡Sabe cinco idiomas!”, se asombra), y en sus próximas películas comparte cartel con Sarah Jessica Parker y Dennis Quaid, y hasta ha firmado para ser dirigida por Drew Barrymore en su debut detrás de cámaras.

“Juno debía ser bella y al mismo tiempo algo malvada, como Diana Ross”, ha dicho Ellen del personaje que la catapultó a la fama. Cuando se le pregunta si la visión de la película no es antiabortista, se preocupa por desmarcarse: “No se trata de una película sobre una chica de 16 años que se hace un aborto sino de una chica de 16 que queda embarazada, y decide tener a su hijo y dárselo en adopción a una joven pareja yuppie. De eso se trata. Pero creo que se trata el tema de una manera muy democrática. Porque de eso se trata: de poder elegir”. Según la periodista Lynn Hirschfeld, la falta de realismo y de política en Juno con respecto a la temática del aborto se superan sólo gracias a la irresistible actuación de Page. “Está tan viva en la pantalla, tan única y con tanta gracia, que hace creíbles tanto al personaje como a toda la película”, escribe Hirschfeld en el artículo que justifica que la joven actriz haya ocupado la portada de la revista del New York Times del domingo pasado, dedicada a los actores candidatos al Oscar.

Una nueva estrella se asoma, decididamente. Y es inteligente y encantadora. Y, además, dice cosas como ésta: “No entiendo por qué cuando uno es una niña se supone que te debe gustar La Bella Durmiente. Quiero decir: ¿a quién le interesa ser la Bella Durmiente, cuando puede ser Aladino?”. Como dice Jason: el combo perfecto.

Martín Pérez
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