lunes, 25 de mayo de 2009

El infierno de Ramonita

La voz de Ramonita empezó a conocerse el año pasado. Su testimonio sobre el crimen en un ritual satánico casi sin antecedentes en el mundo le permitió a la Justicia correntina cerrar la investigación por la muerte de Ramón González, el niño recordado como Ramoncito y cuyo homicidio formó parte de una trama de comercialización de menores, prostitución de niños y drogas. A varios meses de su relato, y mientras la causa avanza hacia el juicio oral (ver aparte), la vida de la adolescente de 14 años parece haber tocado el infierno. Luego de su declaración inicial, Ramonita debió abandonar la ciudad de Mercedes bajo amenaza y quedó internada en un instituto de menores, donde atravesó dos intentos de suicidio. Luego de varios reclamos, la Justicia finalmente le encontró un lugar alternativo, una casa para ella y su familia y la sumó al Programa Nacional de Protección de Testigos, que aún parece suficiente.

“Me gustaría que ustedes mismos miren el lugar donde está”, dice a Página/12 todavía preocupado el fiscal Gustavo Schmidt, que estuvo a cargo de la investigación de la causa. “Hasta hace una semana, la única ayuda que recibía Ramonita y su familia era de los profesionales que se acercan voluntariamente para asistirlos: pero tuvimos que salir nosotros mismos a pedirle una silla a una escuela del barrio porque ni siquiera teníamos cómo sentar al policía de custodia. Y estamos hablando de un cuadro muy especial y, para que me entienda, su situación es muy, muy delicada.”

La vida de Ramonita es otra desde octubre de 2006, cuando participó de aquella ceremonia celebrada al Señor de la Muerte donde mataron a Ramoncito. El niño de 12 años sobrevivía pidiendo monedas en la terminal de micros de Mercedes, y era uno de sus compañeros de una escuela que abandonaron poco antes del ritual. Desde el momento del crimen, el juzgado a cargo de la investigación intentó tomarle alguna declaración a la niña pero Ramona no dijo nada hasta mucho tiempo más tarde. Sólo a partir de marzo de 2007 y luego de un contacto muy cercano con una de las oficiales de servicio empezó a animarse a decir algo. En septiembre se conoció su testimonio más importante, en el que confirmó nombres, lugares y cada uno de los puntos que se venían tratando de probar.

“Ramoncito estaba sentado en un sillón marrón que llevó M”, contó en su testimonio publicado más tarde por Corrientes Noticias. “Después de eso él quedó medio boludo, se empezaba a reír y le hicieron cosas, le acostaron en una mesa de M., y le hicieron algo parecido a lo del viernes, le sacaron el pantalón y le hicieron una oración al ‘santísimo cuerpo’”.

La biografía

Hasta entonces, Ramonita era una nena muy parecida a un niño de la calle. Vivía con su abuela Paula García, que además criaba a uno de sus hermanos, de 12 años. Ni ella ni su hermano, conocido como Juan Carlitos, tenían mucha relación con su madre, Zulma Gauna, que en la causa aparece como una madre ausente, que no está, que no sabe. Ramonita tenía además otros dos hermanos, más chicos, de 3 y 6 años, que aparentemente no vivían con ella. Pasaba el día entre la casa de la abuela, la escuela que luego dejó y las noches que había ido encontrando y descubriendo en la calle en medio de un circuito que la acercó a la organización.

Según el expediente, desde hacía “varios meses” Ramonita se había vinculado con el grupo religioso donde el culto satánico al Señor de la Muerte se mezcla con rituales de magia negra, consumo de drogas y de sexo, y donde se obligaba a los niños a ejercer la prostitución. En el grupo, Ramona era la “escribiente”: “La habían ungido como reina, como una de las elegidas –explica el fiscal–. Ella dirigía a todos los participantes del grupo a través de teléfonos celulares, lo hacía con otra de las personas adultas que ahora está detenida, organizaban las citas que se hacían en cementerios, fuentes, cruces de calles, rutas, en puentes o en la casa de alguno de los adultos y ella lleva anotación de todo lo que se hacía como en un libro de actas.”

En las ceremonias se tomaban fotos, se hacían filmaciones de los distintos momentos, como también de las violaciones, como sucedió durante el crimen de Ramoncito. Del cúmulo de pruebas reunido en alrededor de las 4000 fojas de expediente, la fiscalía da por cierto que “todos” los menores fueron violados. Por eso se iniciaron causas por corrupción y violación de menores, además de homicidio.

La internación

Luego del ritual, el juez Gustavo Buffil ordenó la internación de Ramona en el Instituto de Menores Pelletier. La decisión crispó a los medios de prensa locales y organizaciones sociales. Pero Buffil le había sacado la patria potestad a su madre, y Ramona no tenía con quién estar. Su abuela estaba detenida porque el juez suponía que los nietos iban a las ceremonias rituales con su consentimiento, por eso quedó imputada. En este momento, la abuela goza de una “falta de mérito” y la Justicia investiga en realidad si ella y su marido, que está muerto, pudieron haber sido otras víctimas de la organización. En tanto, Buffil y los fiscales aún defienden aquella internación de la niña en el Pelletier como “la única alternativa” que tenía la provincia.

“Ramonita estaba mal alimentada –dice Schmidt–, anémica, con bajo peso y amenazada, y su abuela decía que en un momento se le hizo completamente ingobernable la niña y la situación.”

En el instituto Pelletier, que está dirigido por monjas, Ramonita atravesó dos episodios graves. La internaron dos veces en un hospital por intentos de suicidio, y aunque nadie puede decir que no ocurrieron no se descarta que hayan sido parte de una excusa inventada para escaparse. Aun así, el episodio logró motorizar a su madre, que desde aquel momento dejó de estar ausente y apareció ante los medios de Mercedes. En donde pudo denunció a la Justicia las supuestas presiones que estaba recibiendo su hija para decir lo que estaba diciendo, pero sus palabras no encontraron eco y ella misma quedó bajo sospecha. Los medios sugirieron que podía estar intentando frenar la investigación presionada a su vez por los poderosos organizadores.

Ramonita había dado demasiados datos como para causar algunas molestias. En el expediente describió cada una de las bestiales escenas de un ritual, y su testimonio le permitió a la fiscalía vincular ese episodio con el crimen de un adulto de 1994 y con el cuerpo de un bebé muerto que apareció en el centro de Corrientes en 2005. También abrió el camino para investigar a los sectores económicos y políticamente más importantes de la ciudad porque mencionó a un empresario como el dueño de la casa donde alguna vez se hizo un ritual. A partir de su relato, la Justicia convocó al empresario y a un candidato a concejal de las últimas elecciones como “testigos sospechosos”, una figura que en Corrientes existe. Todavía no hay elementos de prueba para relacionarlos, pero los nexos son parte de las hipótesis más firmes de la causa y una de las sospechas de personas como la monja Martha Pelloni (ver aparte).

La (des)protección

Para buscar una alternativa, Buffil pidió al gobierno nacional a través de la Fundación Soporte el ingreso excepcional de la niña al Programa Nacional de Protección de Testigos. Ella quedó incluida el 21 de diciembre pasado pero el programa le asegura por el momento únicamente el traslado a una casa fuera de su lugar de residencia habitual durante sólo seis meses, y custodia policial. Un cuadro aparentemente insuficiente.

La semana pasada, su hermano Juan Carlitos estuvo tirado durante una hora y media en una cama, sin moverse y sin hablar. A pesar de los cuidados que intentan tener quienes trabajan con ellos, luego de una de sus primeras declaraciones el niño sufrió una suerte de shock que lo dejó en una especie de suspensión permanente. Aún no está recuperado y aunque lo tratan, los especialistas creen que podría mejorarse lentamente. Ellos ahora temen que su hermana –que está sometida a las mismas presiones y aún es una niña–, siga el mismo camino. Por eso la desesperación.

“Yo no sé si Ramonita está incluida o no en el Programa de protección a testigo, si usted lo dice será así, pero lo que yo le puedo decir –dice Schmidt, nuevamente– es que la plata la Nación no la está poniendo, que todo lo poco que hay sale de acá.”

Ramoncita quiere irse a Mercedes, pero su situación sigue siendo complicada.

Alejandra Dandan

Crimen satánico, horror sin igual

Los fiscales del caso Ramoncito, casi único en el mundo de crimen ritual satánico, impulsarán la elevación a juicio del expediente en los próximos meses, aunque siguen buscando al jefe, una especie de pai mayor, que pagó el asesinato cometido en el marco de una ceremonia de culto al Señor de la Muerte en la ciudad de Mercedes, Corrientes. Está probado por los especialistas del Instituto Antropológico de La Plata que a Ramón González, de 12 años, un chico de la calle llevado a la prostitución infantil, le sacaron cuatro vértebras, la lengua, los ojos, los oídos, todas las partes blandas del cuerpo y la sangre como una ofrenda en esa ceremonia, pero además dos de los participantes de los hechos admitieron también que en alguna ocasión anterior se usaron fetos e incluso un bebé recién nacido. Hay otro expediente, encontrado también en Mercedes, Corrientes, en el que se comprueba el hallazgo de un recién nacido al que le sacaron los órganos y se investiga si es obra de la misma secta. Los fiscales tratan de encontrar al sujeto o los sujetos que dieron las órdenes, los que pagaban, aunque sumas bastante modestas, a quienes participaron del ritual y el homicidio, pero la idea del juez y los fiscales es que haya un juicio oral por el caso Ramoncito antes de fin de año.

El forense Osvaldo Raffo, uno de los más reconocidos del país, le dijo a Página/12 que “no hay antecedentes de algo así en la Argentina. Tenemos dudas sobre un homicidio con características similares ocurrido en el Gran Buenos Aires en 2005. Pero incluso a nivel mundial, los crímenes rituales se cuentan con los dedos de una mano. Sí tenemos antecedentes de personas que mueren por otra razón y después se las utiliza sacándoles las vértebras, la lengua y la sangre. Pero crimen como el de Ramoncito, casi no hay en el mundo. El punto distintivo es el homicidio y la extracción de partes selectas del cuerpo. Ahí está el crimen ritual”.

En la investigación del caso Ramoncito trabajaron los fiscales Gustavo Schmidt, Alejandro Chain y Leonor Poletti de Requena, que era la encargada original, pero se sumaron como refuerzo los dos primeros por orden del fiscal general César Sotelo. Quien supervisa el expediente es el juez de Goya Gustavo Bufill.

Por ahora hay siete personas procesadas por homicidio calificado, pero sigue prófugo Dani Alegre, el sujeto que sería quien le pegó la cuchillada mortal a Ramoncito. Hace diez días fue detenido en el Gran Buenos Aires un sujeto conocido como “El Brujo”, Carlos Beguiristain, que admitió que hizo el trabajo de seccionar la cabeza de Ramoncito, sacarle las vértebras, la lengua, la sangre y las partes blandas. Su habilidad en el manejo del cuchillo proviene de su profesión de carnicero y según les dijo a los fiscales le prometieron 400 pesos por participar de la ceremonia en la que el cuerpo de Ramoncito fue ofrecido al Señor de la Muerte.

La testigo clave del caso fue Ramonita, una chica de 14 años, también empujada a la prostitución infantil, y que participó de aquella ceremonia. Los datos aportados por ella, reflejados en su momento por los medios de Corrientes, en especial Radio Sudamericana y el diario El Libertador, se fueron confirmando en forma rotunda, no sólo por los estudios forenses, sino también por las confesiones de los que protagonizaron el crimen ritual (ver aparte).

Para los fiscales está probado que a Ramoncito, que además tenía cierto retraso mental, lo convencieron de entregar su alma al diablo. Esto lo ratificó “El Brujo” Beguiristain en su declaración de la semana pasada. Quienes daban las órdenes en la ceremonia eran dos mujeres, Yolanda Martina Ventura y Ana María Sánchez, pero los fiscales creen que ellas no tenían ni el dinero ni la autoridad para comandar una secta que, según el antropólogo que colabora con el juez, José Humberto Miceli, estaba recién en formación. No está del todo claro en qué domicilio se hizo la siniestra ofrenda de la vida de Ramoncito, el 7 de octubre de 2006. Ramonita afirma que fue en el domicilio de Osmar Aranda, otro de los que ofrecían curaciones mágicas y estaba vinculado con Ventura, mientras que Beguiristain, que argumenta que estaba drogado, piensa que fue en la casa de Ana María Sánchez. La realidad es que se encontró sangre en ambos lugares.

El testimonio de Ramonita y ahora el de Beguiristain son estremecedores. Afirman que los presentes recibían cocaína a la entrada y luego aullaban y bailaban alrededor del niño sacrificado. Se tomaban de las manos con la sangre de Ramoncito y en la misma ceremonia hubo varias relaciones sexuales con menores. El rito tenía contenidos sádicos, como quemaduras de cigarrillo, algo que quedó a cargo de otro de los detenidos, Claudio González, alias Bete. El ofrendado, Ramoncito, sufrió golpes, quemaduras y otras vejaciones antes de morir. En los allanamientos se encontraron dos manuales de magia negra en los que se consigna, por ejemplo, la forma en la que se debe dejar el cuerpo ofrendado. Ramoncito fue encontrado muy cerca de la terminal de autobuses, con apenas los huesos del cuerpo, colocados en forma de Y. “Parecía el cadáver de una persona fallecida un mes antes, pero el asesinato había ocurrido hacía apenas diez horas. Lo que se encontró fue un esqueleto y de la cabeza, separada, la calavera. De entrada quisieron dar a entender que era de una persona de la calle cuyo cuerpo fue depredado por perros o roedores, pero el dictamen de los forenses y de los especialistas de la Universidad de La Plata fue categórico: eso fue obra del hombre, no de perros ni roedores.”

En realidad, en el grupo se mezclaba la prostitución infantil, la trata y venta de menores, la comercialización de cocaína y marihuana e incluso hay algún dato sobre ventas de armas. El antropólogo Miceli lo retrata así en su informe oficial: “lo mágico, lo religioso, se retroalimenta de esa especie de hermandad delictiva. Esos componentes no juegan sólo financieramente, sino que produce estados alterados de conciencia, una excitación morbosa extrema, sensaciones de poder y de dominio y la configuración de una hermandad delictiva integrada a un nuevo orden que asegura la lealtad y el secreto que buscan la impunidad”.

A lo largo de los meses que lleva la investigación, los fiscales determinaron que existe un grupo de chicos y chicas que tienen entre 12 y 14 años y frecuentaban la organización. Los estudios médicos demuestran que todos fueron violados y arrojados a la prostitución infantil. En esa trama se encontró a Ramonita y a partir de allí se enhebró más profundamente la investigación.

Para el abogado de la familia de Ramoncito, Marcelo Hanson, “es evidente que hay alguien detrás de lo ocurrido con el chico. Y no sólo eso, cierta complicidad de alguna autoridad, porque parece obvio que esta gente se movía con impunidad”. En este terreno, el fiscal Chaín le dijo a Página/12 que existe un testimonio en el que se da cuenta de una ceremonia realizada en el parque de una casa de mucho mayor nivel económico. “Por ahora, tanto los protagonistas del homicidio, como quienes los rodeaban, son personas de bajísimos recursos. Es más, no trabajan, no se sabe de qué viven. Suponemos que alguien los mantenía. Con poco dinero, pero los mantenía”, concluyó uno de los investigadores. Los fiscales sostienen que la idea es ir para adelante con el juicio oral antes de fin de año aunque no esté claro todavía quién manejó los hilos del grupo desde la oscuridad. “Ni bien el juez lo disponga, requeriremos la elevación a juicio. Tal vez en abril o mayo. Tenemos ocho personas entre detenidas y procesadas y las suficientes pruebas en el expediente. Tenemos que avanzar sobre la cuestión de las drogas, la prostitución infantil y todo lo que rodea el caso, fundamentalmente si alguien, como creemos, estaba por encima de Sánchez y Ventura en esa secta. Esta pendiente también la detención de Dani Alegre, el hombre que sería el autor material del cuchillazo que dio muerte a Ramoncito. Es el hijo de Ventura. Suponemos que no anda muy lejos. Es más, sería otro indicio de cierta protección que tiene el grupo. Si efectivamente logramos detenerlo en una quinta o campo cercano, es indudable que vamos a procesar por encubrimiento al dueño de esa propiedad”, redondeó Chaín.

“En el territorio correntino –explica el antropólogo Miceli, asesor del juez de la causa–, por su ubicación estratégica al lado de Brasil, Paraguay y Uruguay, hay condiciones para la proliferación de los dos aspectos centrales del crimen. Por un lado, los cultos afrobrasileños que se han mezclado con aspectos mágicos y religiosos hispanoguaraníes y en particular una representación medieval de la muerte que hoy forma parte del culto denominado Señor de la Muerte, que no es lo mismo que San La Muerte, este último más vinculado en su origen a Cristo. Por el otro lado, el tráfico de niños, de drogas, la prostitución infantil. Las fronteras son muy proclives a estas actividades. Es cierto que el de Ramoncito es el primer caso en el que queda probado el crimen ritual, pero hubo otros y se pasaron por alto sin percibir lo que había detrás. Por ahí se argumentaba que el cuerpo fue depredado por perros o roedores y así se cerraron los expedientes. Ahora hay un antes y un después del caso Ramoncito. Y creo que esto amerita una reunión de las autoridades de los cuatro países para monitorear lo que pasó y lo que puede pasar.”

Raúl Kollmann

No es sólo el crimen ritual

Martha Pelloni estuvo en Corrientes, días pasados, y dio su versión sobre el caso Ramoncito. La Justicia ahora está pidiendo su testimonio en la causa para confirmar alguna de sus convicciones, pero ella todavía no se presentó. En sus declaraciones a los medios provinciales habló del encuentro con el gobernador Colombi y de una saga de episodios detrás del caso ritual donde parecen repetirse una y otra vez los cimientos estructurales de los escenarios como el de María Soledad Morales en Catamarca o Leyla Bshier en Santiago del Estero, con crímenes ocultos bajo la estructura de las relaciones de poder.

–Pelloni, ¿qué significa este crimen para usted? –Esos ritos van unidos a todo lo que es droga, a todo lo que es reclutamiento de niños, niñas y adolescentes y los que comercializan las drogas.

–¿Por qué fue a ver al gobernador? –Porque nosotros ayudamos a la gente de Mercedes. Yo estaba en Curuzú con una red de derechos humanos, y cuando nos vienen a ver nos piden una ayuda para averiguar qué había pasado. El problema que fue que esta gente empezó a dividirse porque ellos mismos habían sido infiltrados, es decir se nos infiltraron los autores intelectuales que apoyan a uno de los que nosotros pensamos que están comprometidos en el sistema de reclutamiento de niñas para la explotación sexual. Yo no quería que el tema se quedara en el rito satánico, por eso le pedimos al gobernador una audiencia para que dé su definición política porque él es oriundo de Mercedes y para nosotros era muy importante saber su postura política sobre el caso porque se cuenta que hay políticos metidos en estas cosas.

–La gente de Buenos Aires sólo sabe que hubo un crimen en medio de un ritual satánico. Si tuviera que explicar usted qué más hay, ¿qué diría? –Ellos le rinden culto al demonio, y dentro de la magia que ellos manejan tienen los famosos payés, que con una serie de ritos piden y extorsionan políticamente también a los jóvenes. Yo estoy convencida porque he leído los expedientes de que esto tiene dos patas más para investigar: el tema drogas y el tema reclutamiento de adolescente y venta y compra de bebés para los ritos. Y las nenas para la explotación sexual comercial. No nos olvidemos que ahí hay todo un grupo de estancieros que tienen el turismo internacional, creo que está dentro de una estancia muy grande de la zona. El lugar no es tan bellísimo como para decir que la gente va porque eso es un oasis, tiene algo más: qué le brindan, qué le dan, nosotros estamos convencidos de que debe ser esto de droga y turismo sexual.

–Por lo que saben ustedes, ¿cómo se organiza esto? –Esto hay que investigarlo, pero la gente lo dice a gritos. En el lugar hay un foro, que hay que reflotarlo para que la gente se largue a hablar y que aporte.

–¿Cuál era la metodología de esas tres patas? ¿Empezaban por un ritual? –No. Se dice, y esto lo cuenta Ramonita, que un estanciero que es dueño de un supermercado y que ha ganado las elecciones de acá a concejal es el que se ha metido en el grupo éste y es habilísimo. Ramonita contó que uno de los rituales se hizo en su casa. Tiene otro hermano habilísimo, él es el que recluta a las nenas. Y en otro lugar explica que hay otro chico homosexual que abusaba de Ramoncito, reclutaba a otros niños y reclutaba nenas. Aparentemente sería todo ese grupo. Y San La Muerte que ellos le rinden culto está cerca del Gauchito Gil, que está entrando a Mercedes y es donde se vende droga.

Alejandra Dandan

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