lunes, 11 de mayo de 2009

Yo me quiero casar (Parte 2 / final)

Grecia: el origen del rito de dar el pisotón

ATENAS.– Los invitados murmuran entre ellos, usan pistolas en lugar de arroz, y se acostumbra que la novia pise el pie del novio durante la ceremonia para reforzar su autoridad en el matrimonio.

Famosa por su contenido simbólico y por estar profundamente arraigada en la tradición ortodoxa, hay algo que una boda griega no es: pequeña, aburrida o carente de extravagancia.

En muchas islas y en el continente, aldeas enteras son invitadas a compartir las celebraciones de una boda, que pueden durar hasta tres días.

La familia y los amigos se reúnen el jueves anterior al día de la boda para ayudar a la novia a preparar la cama marital, decorándola con pétalos de rosa, arroz y almendras acarameladas llamadas kuofeta, que también se sirven a los invitados durante la recepción.

Entre toda esa comida y bebida, uno de los rituales tradicionales del krevati, o lecho marital, es que los invitados arrojen dinero para asegurarse la buena suerte, y también hacer rodar un bebé sobre el lecho para estimular la fertilidad.

Aunque hoy la mayoría de las novias son trasladadas hasta la iglesia en autos de lujo, no es inusual que lleguen a pie o a lomo de caballo o de mula, especialmente en muchas islas griegas, como Creta, por ejemplo.

A veces la gente del pueblo y músicos ofrecen una serenata a la novia mientras la siguen desde su casa hasta la iglesia.

Aunque ahora muchas parejas griegas optan por una ceremonia civil, ésta casi siempre está seguida por un servicio religioso, algo que no resulta sorprendente en un país donde el 98% de la población es ortodoxa griega. “Casi siempre, hasta las parejas que ya han estado casadas antes eligen volver a hacerlo por Iglesia. Esta permite que cada persona se case tres veces en su vida”, dice el padre Ignacio, de la arquidiócesis de Atenas.

El servicio religioso está dividido en dos partes: el de esponsales y la ceremonia del sacramento del matrimonio.

En el servicio de esponsales, el sacerdote bendice los anillos del novio y de la novia, y luego se los entrega al koumbaro, que es quien intercambia tres veces los anillos entre los dedos del novio y de la novia, y puede ser el padrino o la dama de honor. Esto simboliza la Sagrada Trinidad: Dios, el Hijo y el Espíritu Santo. Durante el sacramento del matrimonio, el novio y la novia son coronados con delgadas guirnaldas hechas de flores o gemas unidas con una cinta blanca. Estas coronas simbolizan la gloria y el honor que Dios les concede, y la cinta simboliza su unión. El koumbaro intercambia tres veces las coronas entre los novios.

Después de la lectura del Evangelio de San Juan, que relata la fiesta de boda en Canaán, la pareja bebe vino de la misma copa, comprometiéndose así a compartir la felicidad y los pesares de la vida.

En los últimos años, las parejas han tratado de darle un tono más relajado a la ceremonia, con “el pisotón”.

Un tramo de la Biblia, que lee el sacerdote, dice que “la mujer temerá al hombre”. En ese momento, el novio debe pisar suavemente el pie de la novia para establecer su autoridad en el matrimonio, pero casi siempre la mujer se le adelanta y lo pisa a él.

La pareja, aún tocada con sus coronas, es conducida por el sacerdote alrededor del altar, que es circundado tres veces por los novios simbolizando así la eternidad del matrimonio.

Cuando la caminata ceremonial concluye, el sacerdote les quita las coronas y separa con la Biblia las manos unidas de la pareja, recordándoles que sólo Dios puede separar la unión que acaban de celebrar.

Suele arrojarse una nube de arroz sobre la pareja cuando ésta camina alrededor del altar, pero en la isla de Creta se disparan al aire armas de fuego en honor de los recién casados.

A pesar de las estadísticas, que revelan que el 50 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio, tanto griegos como extranjeros se apiñan para casarse en lugares tan románticos como viñedos, islas y cumbres nevadas.

Yiannis Kavalaris, funcionario de la alcaldía de la romántica isla de Santorini, dice que la solicitud de licencias matrimoniales llegó a un récord este verano, y que las bodas se realizaron en el momento de la puesta del sol en las laderas de Kaltera.

Christine Pirovolakis(DPA)

Inglaterra: el auge de las bodas vanguardistas

LONDRES.– El tañido de las campanas de las iglesias británicas pronto se convertirá en cosa del pasado: los ingleses le dan la espalda al matrimonio y buscan alternativas poco convencionales para reemplazar las tradiciones.

Los globos aerostáticos y las bodas a lomo de caballo han proliferado: las parejas procuran una boda inusual pero memorable.

Los aficionados al vuelo esperan experimentar una gran excitación al arrojarse de un avión en caída libre, mientras que los buceadores sellarán su unión en un entorno submarino. Los amantes de la nieve se unirán con esquíes en una ceremonia oficiada en la cumbre de una montaña, antes de bajar por la ladera hasta el sitio donde los espera la fiesta.

Y los que aman los caballos y las cabalgatas románticas preferirán una boda montados en el lomo del animal, que llevará a los novios por una senda panorámica hasta algún recluido sitio en el que desmontarán para la ceremonia antes de regresar al galope hasta el establo, ya como marido y mujer.

La tendencia a las “bodas locas” ha coincidido con la oleada de “bodas rosa” que empezaron a celebrarse desde que las parejas gays fueron beneficiadas por la legalización de las uniones civiles en diciembre de 2005.

Las últimas estadísticas revelan que más de 15.500 parejas gays han formalizado la unión civil en los primeros nueve meses que siguieron a la entrada en vigor de la ley, aprobada por el gobierno de Tony Blair.

A medida que florecían las uniones civiles, y crecía la popularidad de la “cohabitación” sin la atadura legal del matrimonio, el número de matrimonios fue cayendo dramáticamente en Inglaterra y en Gales, según las cifras oficiales.

En 2005, sólo se registraron 244.000 matrimonios en Inglaterra y Gales, un 10% menos que la cifra más baja registrada hasta entonces. De ésos, sólo 84.400 fueron celebrados en iglesias; el resto, sólo en registros civiles. Entre los estados miembros de la Unión Europea, Inglaterra tiene la mayor proporción de niños criados en casas uniparentales, y ocupa el séptimo lugar en cuanto al mayor número de niños nacidos fuera del matrimonio.

Las iglesias y los políticos se han alarmado por la “declinación del matrimonio”, que, según la oposición conservadora, es resultado del “maligno colapso de la familia”.

“Nos hemos hecho demasiado tolerantes con el fracaso social”, dicen los conservadores, que en un informe de política familiar pusieron nuevas exenciones impositivas para las parejas casadas, medidas que desalentarán a aquellas que cohabitan.

Mientras tanto, el gobierno laborista ha presentado planes para que las parejas no casadas tengan derecho a “arreglos financieros adecuados”, semejantes a los de las casadas que se divorcian.

La disminución de bodas religiosas ha llevado a la Iglesia de Inglaterra a estudiar de qué manera podía atraer a más cantidad de parejas; así, ha hecho las ceremonias menos rígidas y más personalizadas.

Los cambios recientes de la Ley de Matrimonio de 1949 permiten que las parejas se casen en una iglesia con la que tengan “una relación importante”, en vez de hacerlo en la parroquia que les corresponde por domicilio.

Jenny North, directora de política pública de la agencia matrimonial Relate, dice que el costo del matrimonio y otros factores sociales y económicos son las principales causas de la pérdida de popularidad de las bodas tradicionales. “La gente ya no se casa como parte de esa anticuada transacción en la que la mujer compraba su seguridad financiera y el hombre compraba un ama de llaves e hijos –señala North–. El matrimonio solía ser algo que uno hacía para alcanzar la madurez, pero ahora es algo que uno hace cuando ya es maduro”, afirma, citando estadísticas que demuestran que la edad promedio de las novios ha aumentado. “La gente ahora se casa por razones románticas tales como haber encontrado la persona adecuada y el amor y el compromiso necesarios.”

Anna Tomforde(DPA)

Hong Kong: hacer las preguntas adecuadas antes de ir al altar

HONG KONG.– Se han hecho las preguntas, la respuesta es sí, y los dos planean con ansiedad el gran día.

Pero antes de seguir adelante, hay que considerar las estadísticas. Uno de cada tres matrimonios terminará en divorcio. Sin embargo, hay maneras de mejorar las posibilidades de un “para siempre feliz”.

Los expertos dicen que las parejas que hablan abiertamente sobre temas tales como el sexo, el dinero e incluso sobre las rutinarias cosas prácticas antes del matrimonio son las que mejor manejarán los problemas que deban enfrentar más tarde. “Hablar es lo que distingue el hecho de avanzar ciegamente hacia el matrimonio y llegar a él sabiendo en qué se está metiendo cada uno”, dice la consejera matrimonial de Hong Kong Julie Gallinat.

Richard Gee, consejero de Hong Kong Resource, también opina que las parejas que hablan desarrollan mejor comprensión mutua y la capacidad de escucharse.

Pero nadie espera un interrogatorio como respuesta a una propuesta de matrimonio.

Una buena manera de abordar esos temas difíciles y poco románticos es no hacer preguntas, sino empezar la conversación con afirmaciones sobre los diversos temas, según Gallinat.

“La idea no es crecer juntos o convertirse en una sola persona. El propósito –afirma Gallinat–es madurar hasta el punto de considerar a la pareja como alguien completamente separado de uno y sentirse cómodo sabiendo que el otro tiene puntos de vista diferentes. Cuando dos personas no coinciden en algo, tienen que poder escucharse mutuamente para saber en qué está basada su opinión.”

Entonces, mejor detenerse con esos planes de boda, sentarse y prepararse para algunas verdades cotidianas. He aquí algunas de las preguntas en que las parejas deberían pensar: ¿Cuántos hijos? No suponga que su pareja quiere lo mismo que usted o que cambiará de idea. ¿Separaremos nuestro dinero? Hay que tener en claro qué estilo de vida les permitirá el ingreso de ambos y si tendrán cuentas conjuntas o separadas. ¿Hay testamento? Según Janet Cribb, especialista en este tema, “hacer el testamento debería ser parte del papelerío corriente, como las pólizas de seguro y las pensiones, que debe hacerse antes de un matrimonio. Oportunidades laborales y de carrera: ¿cuánto está dispuesto a sacrificar cada uno respecto de estas ambiciones en pos de la pareja? ¿Estarían preparados para empacar e irse si el empleo del otro los llevara a vivir en el exterior? La familia política: establezca tempranamente los límites con ellos. Los parientes políticos que interfieren dictaminando cómo criar a los hijos, cómo regular los gastos y demás, son causa de muchas peleas. Amame, ama a mi perro: en un mundo en el que un perro puede ocupar el lugar de un hijo, la manera de compartir su afecto con una mascota es casi igual de importante. ¿Cómo está su salud? No es necesario exigir un examen general, pero hay muchos temas de salud que deben abordarse, aunque sea el tema de que su pareja fume. Hablemos de sexo: hable de lo que espera de su vida sexual, de lo que significa para usted su fantasía sexual y, más importante aún, sobre qué significa para usted la fidelidad. Las viejas amistades, ¿deben olvidarse o no? ¿Qué opinión tienen del counseling premarital? Este recurso no es sólo para las parejas en problemas, dice Gee. Las que pasan por un counseling premarital lo hacen por diversas razones, que van desde el miedo hasta la inseguridad, o simplemente porque desean empezar de la mejor manera posible.

Por lo demás, los expertos recomiendan que la pareja siga hablando de todo: las vacaciones, los hábitos, la higiene, la sociedad, los coqueteos... hasta que cada uno sienta que sabe todo lo que hay que saber sobre el otro.

Hazel Parry (DPA)
Traducción: Mirta Rosenberg
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