lunes, 11 de mayo de 2009

Lo que menos desea una mujer en Asia es tener la piel bronceada

Blanco perfecto, puro blanco, blanco verdadero, blanco radiante, blanco perla, blanco nieve, neuroblanco… ciberblanco. No, no son calificativos para ayudar a vender productos para lavar ropa, sino líneas de cosméticos de gran popularidad en Asia, que prometen hacer realidad un deseo común a millones de mujeres: tener una piel clara e inmaculada.

Al contrario de lo que sucede en Occidente, donde un cuerpo bronceado es sinónimo –a veces equivocado– de salud y sensualidad, en las playas de Asia muchas mujeres usan manga larga, exhiben descomunales sombreros y se refugian debajo de las sombrillas. Y no es distinto en las ciudades, donde en pleno verano es común ver mujeres cubiertas con ropa oscura de pies a cabeza y defendiéndose del sol con sombrillas dotadas de protección UV.

El ideal de tener la piel blanca alimenta en Asia un millonario mercado de productos de belleza. De acuerdo con la firma de investigación de mercados AC Nielsen, el 30% de las mujeres chinas usa productos para aclarar la piel. Ese porcentaje es del 20% en Taiwan y del 18% en Japón y en Hong Kong.

En los países del sudeste asiático, como Filipinas y Tailandia, donde el sol es más intenso y el tipo físico más oscuro, el uso de productos blanqueadores es aún más extendido. Así lo muestra una encuesta realizada hace tres años por la consultora Synovate, en la cual la mitad de las filipinas y una tercera parte de las coreanas admitieron ser clientes de las cremas aclaradoras.

"Las revelaciones de esa encuesta siguen siendo válidas todavía y es algo que se nota a simple vista. Hace poco viajé a Tailandia y las mujeres se ven más blancas, quizá como efecto de las cremas, del maquillaje o incluso de cirugías", explica Daisy Sam, directora asociada de Synovate.

La venta de cremas blanqueadores fue el tercer renglón de mayor crecimiento en el mercado global de cosméticos entre 2005 y 2006 y buena parte de ese incremento de cerca del 30% fue impulsado por las ventas en el Lejano Oriente.

En Asia el sol es sinónimo de piel oscura y la piel oscura es sinónimo de baja extracción y de falta de sofisticación. Indica que la persona o sus antepasados ejercieron oficios a la intemperie, reservados para los miembros menos prominentes de la escala social. No es una noción heredada de los colonizadores occidentales como se podría pensar, sino un modelo que se remonta a los orígenes de los propios países.

En ilustraciones antiguas y hasta en proverbios se exaltan en China las virtudes de la piel blanca. El maquillaje de las geishas japonesas, una espesa capa de polvo blanco, resultaba, y aún resulta, de gran atractivo para el sexo opuesto. Blancura en Asia equivale a juventud y a pureza, cualidades que los hombres aprecian a la hora de escoger pareja.

"En las entrevistas con mis clientes la mayoría de los hombres tailandeses dicen que les gustaría una mujer de piel blanca y no una mujer morena, mientras que los extranjeros prefieren lo contrario", revela Nikki Assavathorn, popular columnista del diario Bangkok Post y dueña de una agencia matrimonial.

Confrontadas con un ideal de belleza que no coincide con su propia realidad, muchas mujeres en Asia libran una constante batalla contra la naturaleza. "La mayoría de las mujeres de entre 20 y 40 años en Hong Kong se hacen tratamientos faciales que incluyen blanqueamiento luego de haber realizado actividades al aire libre. También hacen yoga y reciben masajes, porque la apariencia física es muy valorada", explica Daisy Sam, de Synovate.

Como cualquier obsesión, sin embargo, la de la piel blanca ha llevado a muchas mujeres a recurrir a remedios que pueden resultar peor que la supuesta enfermedad. En forma paralela al comercio legal de productos blanqueadores, existe un mercado negro de sustancias que ofrecen los mismos beneficios por una fracción del precio, pero que tienen componentes asociados con la aparición posterior de cáncer. En algunos casos, las supuestas cremas blanqueadoras producen manchas irreversibles en quienes las usan.

Nuevas tendencias

Periódicamente también las autoridades responsables del control de drogas y alimentos en la región denuncian el comercio de cremas de blanqueo con concentraciones dañinas de sustancias como mercurio e hidroquinona.

Es la antítesis de lo que ocurre en Occidente, en donde el peligro reside en el exceso de sol y la propensión al cáncer de piel que éste produce.

Hay quienes piensan, sin embargo, que el péndulo podría estar cambiando de lado y que la nueva afluencia económica en China podría estar creando una elite en Asia que quiere romper con los patrones estéticos del pasado.

Una elite para la cual ser rico equivale a poder tomar vacaciones y probar que estar bronceado no es motivo de vergüenza, sino símbolo de estatus. "La gente siempre quiere tener algo que los demás no tienen, y como tantas personas logran ser pálidas hoy en día, creo que las tendencias pueden estar cambiando", advierte Nikki Assavathorn.

Adriana La Rotta
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