lunes, 11 de mayo de 2009

Mamá querida

Hay roles que se complementan con más naturalidad que otros. El caso de estas dos mujeres (cantante-madre, la primera; productora discográfica-hija, la otra) es uno de ellos. La escena (no en el teatro, sino en la vida real) transcurre en el domicilio de la actriz Cristina Banegas. Allí están la dueña de casa y Nelly Prince, que hace y dice cosas de madre (porque es en la vida real la madre de Banegas). A Cristina le cuesta recuperarse de su bronquitis. Nelly recomienda que tome el jarabe y poco después, en medio de la charla, le reprocha no haber repuesto un espectáculo musical-teatral.

Un rato más tarde, los roles cambian. Porque se nota que es Banegas quien propone. Fue hace diez años que pensó que algo le faltaba a la amplia carrera de su madre. Veamos: desde su temprano paso por la radio con la Pandilla Marilyn , Prince hizo teatro y comedia musical, participó en una docena de películas y fue una de las pioneras de la televisión argentina. Sólo le quedaba pendiente grabar un disco de tango. Y de eso se encargó su hija, que produjo el flamante CD Tarde .

"Ella empezó a cantar de chica mientras hacía radio y las grandes orquestas de tango volvían a fundar Buenos Aires. Ella fue pionera de la televisión argentina. Ella es mi madre cuando es tarde para cantar", dice un texto escrito por Banegas en la lámina del disco.

La selección que terminó formando parte de este disco de tangos responde a los temas más clásicos. "Pero lo importante es que se pueda resignificar un clásico que se cantó tanto y no caer en la repetición. Hay que ponerse a la altura de los tangazos. Creo que ese fue el gran desafío para todos. Para mamá, para Edgardo [Cardozo, el guitarrista que la acompaña] y para mí como productora", aclara Banegas, que también tiene un par de CD publicados, pero con tangos más reos que los de Prince.

-Y para usted, Nelly, ¿realmente es tarde?

Prince: -Y sí. Realmente empecé tarde a grabar. No es empezar, porque siempre canté, pero es como tomar esto más en profundidad. Hice teatro, comedias musicales, televisión y en todas canté. Pero con el tango ella [señala a Cristina] es la causante. En el año 95 empecé como invitada de Luis Cardei en el Club del Vino.

Pasaron doce años para que sus versiones tangueras llegaran a un disco. "Además, nos parecía un buen chiste", aporta Cristina. "No es común que un primer disco salga a esta altura. No vamos a decir la edad de esta señora. Además, no pensamos hacer un CD convencional."

Prince: -Lo bueno de lo que dice Cristina es que las dos pensamos lo mismo de entrada. Una de las primeras cosas que le dije a Cardozo era que no quería el chan chan del tango clásico. Y él interpretó ese enfoque distinto. Fijate que mucha gente se asombra. Incluso hay tangos en los que toca melodías de otros temas. O lo que hace en "Soledad", que es un foxtrot, pero lento. O la habanera del final.

Banegas : -Nos permitimos incluirla, porque Horacio Salgán siempre nos decía que la habanera era una de las raíces del tango. En este caso, es una canción familiar que cantaba mi bisabuela, cuando llegó a América, primero a una hacienda, en Brasil, a fines del siglo XIX. Como buenos andaluces, la letra del tema es bien exagerada.

Prince: -Nos divierte hacerlo. Ya cantamos en Mar del Plata, para el festival de cine, y en Córdoba.

-¿Van a seguir cantando juntas, ahora que se viene la presentación del disco?

Banegas: -Va a estar menos repartido. La señora va a tener más preponderancia y yo voy a estar como invitada.

Prince: -Es curioso. Yo siempre hice cosas más locas y ahora salgo con esto, en donde los temas son más serios. Y Cristina, que como actriz ha hecho cosas de mucha envergadura dramática, canta tangos reos.

-¿Desde cuando canta, Nelly?

Prince: -Desde los dos años. Porque en mi casa eran muy musicales. Mi padre tocaba el piano y el bandoneón; mi madre cantaba maravillosamente, pero nunca la dejaron actuar. Mi hermano fue un técnico importante de Radio Belgrano y de Canal 7, tocaba el piano, componía, estudiaba trompeta y clarinete. A los seis, me metí en la radio y pregunté por el estudio de la señora Marilyn. Fui a decirle que quería ser artista. Al año, empecé a trabajar y a cobrar mi primer sueldo: 20 pesos mensuales. Era plata. Y desde ahí... vea todo lo que hice.

-Ya que fue de las primeras de la pantalla chica, ¿le gusta la televisión de hoy?

Prince: -Para nada. Me da pena que haya gente talentosa que no trabaja y que todo se centre en Gran Hermano y Bailando por un sueño .

-¿Y el tango de hoy?

Prince: -Hay demasiado y no todo es bueno. Es antipático criticar a los demás, pero te aseguro que escucho mucho radio y a veces pasan a varios desafinados. Y de repente te encontrás con cosas extraordinarias.

-¿Cómo hubiera sido el disco sin su hija como productora?

Prince: -Tal vez no hubiera sido. Porque siempre hay miedos. Pero así me sentí muy apuntalada.

Banegas: -Por algo será. Yo no soy empresaria ni productora discográfica, pero quería ser la productora de un disco de mi madre, que canta tan bien. Creo que fue una manera de reparar tanto tiempo de silencio. Merecía algo más que participar como invitada en algunos shows.

-¿Cuánto hay de todo eso y de querer probarte como productora discográfica?

Banegas: -Mi primer disco lo produjo mi marido. El segundo lo produje yo, pero no sé si me voy a encargar del tercero. Uno hace estas cosas muy criollamente. El teatro, como a veces se hace con poca plata y mucho trabajo, te acostumbra a eso.

-¿Cómo se llevan entre ustedes?

Banegas: -¿Sabés que pasa? A estas alturas del partido somos dos señoras grandes...

Prince: -Yo soy la que la pincha para que haga algunas cosas. En eso soy la mamá. Pero tampoco soy la que dice: mi hija es una maravilla. Siempre le exigí mucho. Cristina dice que soy una buena crítica, ¿verdad? -pregunta y mira a su hija para que asienta-. Igualmente, ella es demasiado modesta. Y eso es un pecado.

Mauro Apicella
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