lunes, 11 de mayo de 2009

Talarán un abeto gigante para adornar el Vaticano

En las pasadas Navidades critiqué al Vaticano y a su jefe de Estado, Benedicto XVI, por la decisión de instalar en la plaza de San Pedro un gigantesco abeto de 33 metros procedente del Parque Nacional de Sila, en Calabria. Y lo hice por lo que supone de destrucción de un ejemplar centenario para un uso tan frívolo como el de servir de pobre adorno navideño, por el gasto económico y energético de la operación, por la nula sensibilidad medioambiental demostrada por los jerarcas católicos, unida a la inaceptable vanidad de los responsables de un parque nacional.

La noticia fue la más leída de ese día en 20Minutos.es y recibió 147 comentarios, la mayoría de ellos furibundos contra la Iglesia.

Ahora debo daros una mala noticia. Vuestras protestas no sirvieron para nada. Esta Navidad los italianos van a batir su propio y ridículo récord. Un abeto de 35 metros de alto, dos más que el calabrés, procedente de la región alpina italiana de Trentino, será colocado en el Vaticano junto al tradicional Portal de Belén. El árbol es un regalo al papa de cinco localidades de Val Badia, obsequio con el que pretenden subrayar su “generosidad y religiosidad”.

El ya condenado a muerte abeto se trasladará a Roma a primeros de diciembre, donde se iluminará con 2.000 bombillas y las tradiciones guirnaldas navideñas. Como remate de la ofrenda, al envío se le añadirá un lote de medio centenar de abetos de varias alturas para adorno de las lujosas estancias vaticanas.

No serán los únicos. Otros muchos gigantes caerán en diciembre no para aprovechar su madera, no para evitar la propagación de una plaga. Tan sólo por capricho consumista. Por ver quién lo tiene más grande, quién es más bruto.

Y es que la estupidez acaba siendo contagiosa.

http://blogs.20minutos.es/cronicaverde

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