lunes, 11 de mayo de 2009

Se lanza en DVD un film del año 1980 que enfureció a la comunidad gay

En el año 1980, cuando se estrenó "Cruising", Hollywood tenía una reputación deplorable en lo que respectaba a la caracterización de personajes gays. Asesinos seriales, maricas traicioneras y depredadores esquizoides; los homosexuales del celuloide que precedieron a "Cruising" indefectiblemente morían en el último tramo de la película, siendo la muerte una especie de castigo a su desviación.

Ahora bien, cuando United Artists decidió producir el vívido relato de William Friedkin sobre una serie de asesinatos en la escena gay leather de New York, muchos miembros de la comunidad organizaron protestas para interrumpir la filmación de la película y para bloquear el lanzamiento de la misma. La razón del odio de la comunidad hacia esta obra no estaba solamente dirigida a la historia de Friedkin, sino también al hecho de haber soportado durante décadas el deplorable lugar en el que Hollywood los había estado colocando.

Según las palabras de Vito Russo, autor de "The Celluloid Closet," "Cruising fue la gota que rebalsó el vaso respecto a la imagen que Hollywood representaba de la comunidad gay".

"Cruising" es protagonizada por Al Pacino personificando a un detective de New York quien ingresa de manera encubierta en la escena gay S&M con el fin de atrapar a un asesino serial y termina atraído por el oscuro encanto de este submundo. El film, que ya tiene 27 años de edad, es una curiosa pieza de estudio respecto a la censura y la libertad de expresión. La película será lanzada en DVD por primera vez el próximo martes 18 de septiembre en los Estados Unidos.

La remasterización del film le otorga un cierto toque surrealista y los colores metálicos, saturados le brindan al tono voyeurístico del relato un sentido del shock y de la excitación aún mayor que en su versión original.

La otra revelación de la película es Pacino. Eclipsada por la controversia en el momento en que se estrenó el film, su actuación es sutil, ambigua y sexy. Es imposible imaginarse a otro actor que pudiese personificar tan bien a Steve Burns, el policía asignado a tan peligrosa misión debido a su parecido físico con los habitués de los bares leather gay de New York.

El director del film, William Friedkin, de 72 años de edad, estuvo presente en el Castro Theatre de San Francisco la semana pasada en una especie de avant première del film festejando su demorada edición en DVD. En el lobby del cine, media docena de guardias de seguridad cuidaban la entrada a la sala como precaución contra una eventual renovación de hostilidad hacia el film. Una especie de anfitrión del evento, más fanático que objetivo, empezó un discurso acerca de lo malinterpretada que había sido la película en el momento de su estreno antes de cederle la palabra al director de la misma.

Friedkin reconoció que el tiempo le había dado a su película un nuevo contexto en el cual poder ser apreciada. "Hace 27 años, el mundo era totalmente diferente. Desde entonces, la liberación de la comunidad gay ha dado pasos agigantados. Sin embargo, este film tuvo que lidiar con la oposición de este grupo de gente y con el tiempo logré entender por qué ellos consideraban que esta película no los dejaba bien parados".

Sin embargo, agregó que "me sorprendieron el poder de los ataques de la comunidad".

El principal adversario de Friedkin era Arthur Bell, un columnista del Village Voice, quien, en el año 1969, tuvo un desagradable enfrentamiento con Friedkin respecto a otro film de temática gay del director, "Boys in the Band." Vengativo por naturaleza, Bell utilizó su popular columna en el popular diario de tirada gratuita para crear animosidad contra Friedkin.

"Friedkin no solo está jugando con un barril de dinamita" escribió Bell. "También le está arrojando un fósforo". Según él, los lectores "deberían hacerle pasar un mal rato a Friedkin y a su productora si los llegan a ver en sus barrios. Los dueños de los establecimientos gays deberían mandar al diablo a Friedkin cuando intente utilizar algunas de sus propiedades para filmar sus películas".

En cierta forma, a Bell se le cumplieron sus deseos. Dos semanas más tarde, un grupo de homosexuales se encontraba bloqueando el camino hacia la oficina de la productora de Friedkin, haciendo sonar silbatos y gritando para interrumpir la filmación en que se estaba llevando a cabo en los exteriores de la zona. Por su parte, los actores gays contratados como extras para las escenas del film en los bares leather recibían amenazas telefónicas. Incluso, se reportaron algunos daños menores a la propiedad privada.

"Me siento como El Padrino del movimiento gay," declaró Bell. "Si le presento una demanda a la película de Friedkin me siento seguro de que la filmación podrá ser interrumpida".

"La misma violencia que estoy acusado de representar en 'Cruising' ya ha sido provocada en las calles" declaró Friedkin en su momento al New York Post. "Mi intención con este film es aliviar la violencia contra la población gay de este país. También siento que la forma en que 'Cruising' habla de la sexualidad va a captar la atención y la curiosidad de muchas personas".

A pesar de las protestas, las controversias y las peleas, "Cruising" se estrenó el 15 de febrero de 1980. En las semanas anteriores al estreno, manifestantes de la comunidad gay se unieron frente a las oficinas de Transamerica Pyramid en San Francisco para presionar a Transamerica Corp., dueña del estudio United Artists, para que detuviera el estreno del film.

Por temor a probables ataques de violencia, la alcaldesa de la ciudad de San Francisco, Dianne Feinstein, solicitó a United Artists que no estrenara la película en su ciudad. La productora se negó. El 15 de febrero, mientras cientos de manifestantes se apostaban en las puertas de la sala St. Francis, Feinstein permanecía oculta en un edificio frente al cine, observando la protesta con sus binoculares. 450 personas pagaron para ver la película esa noche, mientras que los manifestantes los superaron en número.

Dos semanas más tarde, Feinstein le envió a United Artists una factura por U$130.450 en razón de la protección policial extra requerida debido al estreno de "Cruising" en la ciudad.

"Cruising" tuvo muchos espectadores en los días siguientes a su estreno, pero su éxito se esfumó rápidamente. El crítico del New York Times, Vincent Canby, la calificó de "completamente confusa...un anti-climax." Stuart Byron, columnista del Village Voice especialista en cuestiones financieras de Hollywood, la llamó "un éxito de diez días" en la taquilla.

Luego de su estreno, no se reportaron otros incidentes de importancia en ninguna de las proyecciones. Finalmente, el escándalo de "Cruising" resultó beneficioso para ambas partes involucradas. Al generar publicidad gratis gracias el escándalo, logró captar el interés del público para así garantizar un relativo éxito de taquilla y expandir la popularidad que Friedkin ya había logrado con sus populares filmes de la década anterior "El Exorcista" y "Contacto en Francia".

"Cruising" también se convirtió en un buen elemento para que los miembros de la comunidad gay pudiesen exponer casos de homofobia y les otorgó a los abogados de la Primera Enmienda la oportunidad de enfatizar los peligros de la censura.

"Mi intención nunca fue la de molestar a la gente" declaró Friedkin en el Castro la semana pasada, antes de que su provocativa, algo ridícula y ocasionalmente erótica película fuese proyectada. "Mi intención fue la de hacer un film acerca de un grupo de personas que nunca antes había representado en ninguna de mis obras".

Friedkin no se ayudó a si mismo al defender su película la semana pasada en el Castro. Cuando el film se rodó en el verano de 1979, el director aseguró ser consciente del espectro de "unas muertes misteriosas que más tarde serían atribuidas al virus de SIDA". Si esto fuese verdad, "Cruising" podría ser defendida en retrospectiva como una historia preventiva acerca del sexo indiscriminado.

Pero los cálculos de Friedkin no cierran del todo.

Pasarían dos años antes de que el periódico The Chronicle reportara acerca de "un tipo de neumonía que ataca solo a varones homosexuales" (6 de junio de 1981) y de que el Washington Post hablara acerca de un "misterio de la medicina que parece tener las dimensiones del síndrome de shock tóxico de la enfermedad de Legionnaire" (30 de agosto de 1981). Esos fueron los primeros indicios de una epidemia que "Cruising" jamás podría haber anticipado al haber sido filmada en el último año de la década del 70.

Edward Guthmann - (SFGate)
Traducción de Esteban Rico para SentidoG.com

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