domingo, 10 de mayo de 2009

Más cariño y menos Prozac

Comienzan a venderse medicamentos para acabar con la ansiedad de las mascotas

El mejor amigo del hombre tiene ya un nuevo mejor amigo, el Prozac. El revolucionario medicamento llega ahora para uso veterinario. Masticable, sabe a carne y se denomina Reconcile. Es la droga perruna de la felicidad. El invento, como no podía ser de otra manera, proviene del otro lado del Atlántico.

Ha sido diseñado por una firma farmacéutica americana para calmar los ataques de ansiedad y malos comportamientos en los perros cuando son separados de sus dueños, ya sea momentáneamente a la puerta del supermercado o durante meses en una residencia de verano. También sirve para gatos violentos u orinadores compulsivos, e incluso para caballos nerviosos.

Media pastilla de Prozac al día y mano de santo: animal alelado. El tratamiento está pensado para un gran número de animales, porque las depresiones caninas afectan ya al 5% de la población perruna urbanita, la condenada a vivir en estrechos apartamentos y que apenas respira aire fresco una vez al día.

Pero aún hay más. También se acaba de aprobar un fármaco para combatir la obesidad de los perros en EE UU, donde el 35% sufre sobrepeso, como sus dueños, y también, por la misma razón que nos afecta a nosotros, un recalcitrante sedentarismo, producto de tantas horas de televisor, mucho coche y demasiada comida basura.

¿Tenemos derecho a modificar químicamente la conducta animal en nuestro propio beneficio, a atiborrar de drogas a nuestras mascotas para controlar sus emociones? Muchos están de acuerdo en ello. Todo antes que cambiar un modo de vida insostenible, rechazando nuestra propia responsabilidad frente a comportamientos naturales que tratamos de alterar en nuestro propio interés a golpe de pastillas y talonario. Pobres bichos. Al final acabaremos todos psicóticos y, con nosotros, nuestros seres queridos.

info@cesarjpalacios.com

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