lunes, 11 de mayo de 2009

“Hay belleza en el cuerpo y la gente lo ve como si fuera arte”

El miércoles pasado se inauguró en la Argentina “Bodies... The Exhibition”, muestra en la que se exponen 16 cuerpos enteros y más de 200 órganos preservados con un método que evita su descomposición y los hace parecer de plástico. PERFIL entrevistó a Roy Glover, asesor médico de la exposición, quien insiste en que persiguen un objetivo educativo.

Tiene tres hijos, ocho nietos y está casado con una mujer cuyo último trabajo fue el de ser jefa administrativa de la Iglesia que frecuentan en familia. Por teléfono suena cordial, amable y muy interesado en saber detalles sobre la Argentina, su próximo destino. Sin embargo, la vida de Roy Glover está lejos de ser tradicional: profesor de Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Michigan durante 35 años, a mediados de 2004 dejó los claustros para sumarse como asesor médico de “Bodies... The Exhibition”, muestra en la que se exponen cuerpos humanos preservados por un método que reemplaza fluidos y tejidos por silicona, lo que les da una apariencia “plástica”.

Pero son cadáveres. Y, por eso, la exhibición, que desde el miércoles se podrá visitar en el Abasto Shopping de Buenos Aires, muchas veces va acompañada de polémica. Desde San Pablo, Brasil, Glover accedió a una entrevista telefónica con PERFIL antes de su llegada al país.

¿Por qué su exhibición genera tanta controversia? -En verdad, nosotros no creemos que la exhibición sea controvertida; para nada. Cuando la gente escribe sobre ella, hace foco en la controversia; pero muy poca gente se nos acercó alguna vez para decirnos que lo que hacemos está mal...

¿La culpa es de la prensa? -La prensa tiene que vender diarios y a la mayoría de la gente le gusta leer sobre cuestiones polémicas. Por lo tanto, creo que, en cierto grado, los medios crean controversia donde no existe; eso los ayuda a atraer la atención de los lectores y de sus dueños. Pero desde mi experiencia, y ya hemos estado en al menos 10 países diferentes, con un público que supera los 4,5 millones de visitantes, salvo por un puñado de personas en todos lados la exhibición fue muy bien recibida. Por otra parte, uno nunca puede hacer algo con lo que todos estén contentos. Siempre va a haber gente a la que algo no le guste.

¿Qué cree que va a pasar en la Argentina? -Estimamos que vamos a tener una muy buena estadía. Ahora estamos en San Pablo, Brasil, muy orgullosos porque la exhibición es un récord de visitantes. Y como Brasil es muy cercano y similar a su país, estimo que la reacción de los argentinos puede ser parecida a la de acá.

¿Qué les dice a quienes consideran que su exhibición es de mal gusto o “perversa”? -Que sólo se trata de salud y bienestar. Nuestro mayor objetivo es educar a la gente y ayudarla a entender cómo cuidarse mejor. Los cuerpos han sido utilizados para estos propósitos durante muchos años. Y nosotros lo hacemos de una manera educativa y con el mayor respeto.

¿Por qué los colocan en movimiento o con una pelota? -Los disponemos en poses porque es la mejor manera no sólo de que la gente se involucre sino también de hablar de ciertas cosas. Queremos que los visitantes piensen en cómo funciona su cuerpo y usamos los ejemplares para que nos ayuden en eso. Al ponerlos en movimiento, se ven mejor los músculos, ciertos miembros...

¿Por qué quiso ser anatomista? -Desde niño, me interesó la biología. Y como siempre quise ser profesor e investigador, pensé que lo ideal para mí era estudiar anatomía, que me permitía enseñar en una facultad y hacer investigación. Eso es lo que hice por 35 años, hasta que en 2004 me sumé a Premier Exhibition para colaborar con “Bodies...”

¿Qué partes del cuerpo encuentra más asombrosas y cuáles, menos interesantes? -No creo que haya partes del cuerpo humano que no sean interesantes. Teniendo en cuenta que mi especialidad fue la neurociencia, elijo el cerebro porque es el que controla todo lo que hacemos, el que nos permite estar hablando por teléfono, que tengamos emociones. Todas las cosas que asociamos con ser un ser humano están relacionadas con nuestros cerebros. Y, sin embargo, sabemos muy poco sobre él. Creo que el cerebro es, lejos, el órgano más fascinante.

Y pensando en su exhibición, ¿qué aconseja ver? -La muestra se divide en nueve galerías. En cada una de ellas se resalta un sistema determinado del cuerpo humano. Y la que más atrae a la mayoría de nuestros visitantes, y a mí también, es la del sistema circulatorio. Creo que porque allí los especímenes están preparados de una forma diferente. Los vasos sanguíneos están rellenos de silicona y el tejido a su alrededor fue quitado, de manera que uno puede entender mejor cómo reciben la sangre los órganos y qué pueden hacer gracias a eso. Por eso creo que hasta los médicos se quedan tan impactados. Ellos, que estudian los cuerpos durante toda la vida, ven en la muestra las bases del sistema circulatorio. Y los visitantes “comunes” quedan abstraídos por la belleza del cuerpo y su complejidad.

¿Nunca se sintió mal luego de trabajar con los cuerpos? ¿No tuvo pesadillas con ellos? -Nunca. Siento total respeto por los cuerpos. Cada vez que tengo alguno cerca, tengo esa sensación de que se trata del organismo de una persona, que debe ser tratado con propiedad. Y como soy anatomista y trabajé con cuerpos durante toda mi vida, ahora mi tarea es controlar que nuestra exhibición esté lo mejor hecha posible. Que sea un lugar confortable para que la gente venga a aprender, que los ejemplares sean utilizados de manera apropiada. Puedo garantizarle al público que todo esto es tenido en cuenta y que nadie debe tener miedo de venir...

Ocurre que las imágenes son muy impresionantes... -Le cuento una breve historia: en Inglaterra vino una pareja de unos 70 años. La mujer quería entrar y el marido, no. Tras una breve discusión, el hombre aceptó pero “sólo por media hora”. Cuatro horas después, la mujer lo estaba esperando para que saliera. Uno no se puede dar cuenta de lo que le va a pasar con la exhibición hasta que la visita. Y le puedo decir a la gente que sus impresiones probablemente sean erróneas. La gente de todas las edades se entusiasma. Al ver un hueso, una articulación, un nervio, se suele perder de vista que se está frente a un cuerpo real. Eso nos pasó en todos lados y no creo que ocurra algo distinto en la Argentina.

¿Por qué es mejor exhibir cuerpos que reconstrucciones? -Porque el cuerpo nunca miente. No es lo mismo decirle a una persona que el fumar daña los pulmones que mostrarle lo que hace el cigarrillo al pulmón. Eso es lo suficientemente impactante como para dejarla pensando en su propia salud y en las decisiones que toma sobre ella cada día.

¿Cómo define su trabajo: arte o simplemente ciencia? -Tiene que ver con ciencia y educación. Pero hay belleza en el cuerpo y la gente lo mira como si fuera una pieza de arte.

EL PRIMER PROVOCADOR

En 1995, el alemán Gunther von Hagens sorprendió al mundo con “Body Worlds”, la primera exhibición que se basó en cadáveres humanos. Para esto, Von Hagens había creado, 20 años antes, la denominada técnica de “plastinación”, que es básicamente la misma que hoy se usa para tratar los cuerpos de la muestra que se puede ver en Buenos Aires (aunque la gente de Glover habla de “polimerización”).

De hecho, existe una fuerte rivalidad entre Premier, la empresa encargada de la muestra del Abasto, y The Institute of Plastination, la compañía de Von Hagens, que ha llegado incluso a juicios por los derechos de propiedad intelectual.

Ante la pregunta de PERFIL acerca de cuáles son las diferencias entre su exhibición y la del alemán, Glover señaló que “las dos apuntan a educar al público y, por lo tanto, se complementan”. Y agregó: “Si bien el público es el que debe juzgarlas, nosotros creemos que la nuestra es la mejor. Usamos una técnica muy similar, pero que se ha ido modificando con el tiempo y hoy reúne lo mejor de la antigua y la actual”.

Luciana Diaz
Diario Perfil.com

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