domingo, 28 de junio de 2009

El orgullo vegetariano

El domingo, un desfile callejero convocó a adoradores de la flora y defensores de la fauna. La marcha se realizó en el centro de Manhattan y los organizadores la llamaron Veggie Pride , Orgullo Vegetariano.

El festival empezó al mediodía en el meatpacking district -sí, el barrio que fue de los matarifes- e involucró a 600 personas y al menos un perro vegano, Simba, labrador retriever negro alimentado con tofu.

Algunos humanos se vistieron de banana, cabeza de brócoli, o cerdos o vacas sangrantes. Un oficial de policía, Jim Alberici, que ayudaba en el control de la multitud, dijo que no esperaba ninguna violencia. "No, a menos que alguien se presente vestido como un trabajador de la carne", dijo.

Nadie lo hizo.

Los participantes del desfile atravesaron pacíficamente Greenwich Village hasta Washington Square Park, liderados por un guisante y una zanahoria del tamaño de un humano, que más tarde se casarían en un escenario, en una falsa ceremonia, por supuesto. Menos agradable, también se podía ver una réplica gigante de un colon humano, rosa y repleta de pólipos.

"La peor parte fue googlear imágenes de colon en Internet", explicó el hacedor del colon, Dan Piraro, que también es historietista. Para hacerlo, usó cintas de plástico, palos de bambú, cartones, material de embalaje, pintura y pegamento, y se necesitaron tres personas para mantenerlo erguido. Pero el objetivo de Piraro, por supuesto, era demostrar cómo la carne es perjudicial para el intestino grueso.

El desfile fue idea de Pamela Rice, autora de un panfleto que tuvo amplia repercusión, 101 razones por las que soy vegetariana . Se inspiró en un desfile similar que todos los años pasea por París, y también pensó que el tiempo del vegetarianismo está llegando. Después de todo, dice, cada vez tiene más conciencia de la crueldad hacia los animales y los peligros ambientales que conllevan las granjas.

Muy a menudo, según Rice, el vegetarianismo ha sido eclipsado por otras causas. "Hoy es nuestro día, queremos apartarnos de la gente del yoga, de la gente de la new age. Hoy estamos sólo nosotros", agrega.

En la marcha desfilaron integrantes de las United Poultry Concerns ("dedicados a la compasión y el trato respetuoso a las aves domésticas"), los Judíos Vegetarianos de Norteamérica y la Supreme Master Ching Hai International Organization, grupo espiritual y, claro, vegetariano. Por ahí estaba también Roni Shapiro, que tiene un delivery de comida vegana en Woodstock, en el estado de Nueva York. Shapiro, vestida de cerdo, llevaba un cartel que decía No, no tengo ninguna costilla de repuesto . Desfilaba cerca Rick Panson, que cultiva "alimentos germinados". Traía sobre la cabeza una gran superficie de semillas de trigo germinadas.

Cerca, iba Bernard Goetz, que abrazó el vegetarianismo hace 20 años, después de que se hizo conocido como el vigilante que disparó a cuatro chicos que, creía, trataban de asaltarlo en un tren expreso, en 1984.

Goetz dice que lamenta las actitudes "distantes, superficiales y malas" de la gente hacia los animales.

Carnívoros, también

Aunque se trataba de un desfile para vegetarianos y veganos (esto es, el vegetarianismo con el plus de no consumir ningún producto de origen animal), algunos consumidores de carne se sumaron tranquilos a las filas. Victoria y Edward Feltz, de Hamilton, Nueva Jersey, llegaron con sus hijos: Noah, de 1 año, y Autumn, de 3, que iban en un cochecito del que colgaban consignas en favor del vegetarianismo como Sé amable con las pequeñas criaturas . Pero mientras la señora Feltz es una vegetariana devota, el señor Feltz no lo es, y los chicos comen carne. "Peleamos por este tema todos los días", cuenta la señora Feltz con tristeza.

Otra pareja, Lisa Melian y Matt Belluardo, vestidos de vacas sangrantes, llevaban carteles que decían Todos sangramos en rojo . No tan secretamente, sin embargo, Belluardo es omnívoro. "Soy vegana -explica Melian-. El está acá para apoyar."

El desfile llegó a Washington Square Park alrededor de las 13, hora en la que se celebró un concurso de trajes. Entre los ganadores estuvo Bex Vargas, una artista de Queens vestida de brócoli. Vargas, de 26 años, había traído el traje en una cartera. Una vez abajo del escenario, admitió que estaba exhausta y con ganas de volver a casa, pero temía que su atuendo fuera un papelón en el subte. "Ni siquiera sé si voy a pasar por el molinete", dudó.

Finalmente, se largó a llover y la multitud empezó a dispersarse, aunque entre la llovizna se podía ver una fila frente al carro de Thiru Kumar, un puesto especializado en comida vegetariana.

Tal vez no tan sorpresivamente, el domingo no le fue bien en los negocios al puesto de panchos de Salem Atwah, bien conocido en las inmediaciones de Washington Square. Tuvo muy pocas ventas. "Fue por los vegetarianos. Fue uno de mis peores días en cuatro años", dijo.

Cara Buckley
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